Fue en 2008 cuando se incorpora la figura de la trabajadora social en Hermanas Hospitalarias Acamán.
Las peculiaridades del Centro, que durante la última década ha experimentado un crecimiento exponencial en cuanto al número de personas con diversidad funcional que atiende, así como con la creación de nuevos recursos –como puede ser la Unidad de Día de Daño Cerebral Adquirido o nuestros Recurso Convivenciales (Conecta2 y Reconecta2)– han hecho que las necesidades varíen y surjan nuevos retos en materia social.
Es por ello que se crea la Unidad de Trabajo Social, para iniciar el camino que plantea una nueva forma de atención hacia las familias a través de la aportación de nuevas ideas y nuevos sistemas de trabajo.
Desde 2019 se venía gestando la idea de aunar fuerzas, estableciendo así las sinergias que necesitan aquellas personas que, por una razón u otra, se encuentran desprotegidas en materia social.
Dicha idea fue cogiendo forma hasta dar como resultado un proyecto que, hoy día, consigue atender a más de 300 personas usuarias y, por ende, a sus familias.
Con la firme intención de dar cobertura social y atender de una forma más amplia y proactiva a las unidades familiares que puedan encontrarse en situación de vulnerabilidad, cuatro trabajadoras sociales trabajan coordinadas por la Dirección Técnica del Centro, la cual traza la línea de trabajo que lleva como base la innovación, la profesionalidad y la complementariedad de los diferentes puntos de vista de sus integrantes, que permitan la resolución de aquellas dificultades que se les presentan a las personas usuarias y a sus familias.
El proyecto plantea un sistema de encuentros de las trabajadoras sociales, en los que pueden compartir casos, debatirlos, y plantear posibles intervenciones, y a su vez, permite trabajar sobre aquellas situaciones donde se requiera intervención social.
La documentación de las personas usuarias se trabaja y contrasta con el apoyo del Sistema de Información de Atención Especializada (SIAE). Gracias a este, se gestionan los datos necesarios para que las trabajadoras sociales lleven a cabo sus diferentes líneas de actuación.
Asimismo, el trabajo de las trabajadoras sociales, las cuales no solo han sabido adecuar el proyecto a las nuevas necesidades sociales, sino que también han conseguido establecer estas sinergias profesionales entre la Unidad y los diferentes recursos del Centro, tiene como objetivo sacar el máximo partido al trabajo que se realiza en materia social.
La creación de la Unidad de Trabajo Social es un claro ejemplo que demuestra que el trabajo en equipo, el hecho de compartir conocimiento y, por ende, transformarlo para dar respuesta, es la praxis adecuada para que, en este caso, se dé una atención integral a las personas más vulnerables del tercer sector.
El proyecto, formado por la coordinadora de la Unidad y cuatro trabajadoras sociales, plantea el trabajo social con las familias no solo como la mera gestión de los recursos para solucionar las necesidades o dificultades que surjan ante cualquier situación, sino también en aquellos casos que por su propia idiosincrasia sea necesario hacer uso profesional de las herramientas metodológicas que aportan los diferentes modelos de intervención social, cuya esencia se encuentra en el establecimiento de la relación interpersonal que se origina entre los diferentes miembros de la familia y la figura de la trabajadora social.
El nuevo servicio funciona como un engranaje perfectamente engrasado que se coordina con la Dirección Técnica del Centro de manera semanal y, además, entre las trabajadoras sociales, mantienen reuniones diarias que les permiten ponerse en situación con la inmediatez que requieren las personas usuarias y sus familias.
Además, las trabajadoras sociales establecen reuniones con las coordinadoras de los dispositivos del Centro, buscando de esta forma el feedback necesario entre losservicios y la Unidad, que facilita ir un paso por delante y conseguir, de forma proactiva, que las necesidades de las personas usuarias y sus familias no lleguen a convertirse en problemas sociales”.
La Unidad no solo tiene en cuenta los procesos de intervención social que puedan surgir en el día a día de Hermanas Hospitalarias Acamán, ya que lo que se pretende- y se ha empezado a llevar a cabo en este 2020- es elaborar las “Historias Sociales”, nombre que han dado a la herramienta que se incorpora con este nuevo proyecto y que permite trabajar de forma proactiva con las familias, es decir, anticipándose a las dificultades o necesidades futuras a través de la realización de entrevistas con cada una de las unidades familiares.
En este sentido, la función de las trabajadoras sociales del Centro se ha visto diversificada, poniendo sobre la mesa la necesidad de reinventarse, y así poder atender adecuadamente a las familias desde la calidad y calidez que caracteriza a la Institución.
El objetivo no es otro que el de superar las dificultades que surgen a lo largo de la vida, y todo ello a través de la profesionalidad del equipo que conforma la Unidad, sus recursos y capacidades, así como sus aprendizajes y motivaciones, las cuales llevan a realizar una intervención plural, variada y multidisciplinar.
Colaborar en el proceso de intervención, intervenir con las unidades familiares, mantener contacto con las Asociaciones de Familias para recoger las necesidades que puedan surgir de forma colectiva, y establecer un contacto continuo con las administraciones para obtener información relevante en materia de discapacidad y dependencia son algunos de los objetivos específicos marcados por la Unidad de Trabajo Social de Hermanas Hospitalarias Acamán, la cual tuvo claro desde el principio que- y sin lugar a dudas- el objetivo principal de la misma es dar respuesta a quienes lo necesiten y así, hacerles la vida más fácil.
La metodología de trabajo que se lleva a cabo está basada en ofrecer información, orientación y valoración a los diferentes casos, y esto se hace de forma individual, grupal y, además, de forma externa con las diferentes instituciones públicas y/o a nivel municipal, insular y regional.