Según la Dirección General de Tráfico, este verano se ha incrementado en un 19% con respecto a 2021 el número de fallecidos en España por accidente de tráfico.
Las personas con daño cerebral adquirido (DCA) de nuestra Unidad de Día se ponen ante la cámara para hablarles sobre lo importante que es respetar las normas de seguridad vial para prevenir un traumatismo craneoencefálico (TCE).
Cuatro son las personas usuarias de nuestro Centro las que, con la intención de divulgar sobre las consecuencias de no respetar las normas establecidas, han mostrado las secuelas que experimentan tras sufrir un accidente de tráfico.
La idea surge a partir de la necesidad que todos y todas en la Unidad consideraron de crear conciencia social, ya que son innumerables los accidentes que se dan cada día y que derivan en un DCA. Por ello, se pusieron manos a la obra para crear este material audiovisual en el que, además de contar sus experiencias, ofrecen una serie de ítems a tener en cuenta para evitar dichos accidentes.
Los y las participantes del vídeo, con la ayuda del equipo de profesionales del Centro, hablaron sobre los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol, las drogas, o bajo un estado de somnolencia producido bien por el cansancio o por el consumo de medicación. Además, explicaron las consecuencias de una conducción temeraria, como la que se produce al no respetar los límites de velocidad y/o las propias condiciones de la vía. En definitiva, quisieron dar a conocer de manera experiencial qué es un DCA por TCE, las causas que se experimentan y cómo prevenirlo.
Además de ello, con este proyecto de concienciación social, las personas usuarias trabajan diferentes aspectos de rehabilitación, tales como la inclusión y adaptabilidad social a partir de acciones sociales en ambientes comunitarios, su propio empoderamiento, la acción de promover su autodeterminación a través de la mitigación del estado de indiferencia- ya que se les hace partícipes del proyecto, tanto en la toma de decisiones como en la ejecución del mismo- y el impulso de la mejora de sus habilidades cognitivas, físicas, emocionales y sensoriales, entre otros.
Esta actividad está enmarcada dentro del programa de voluntariado de personas con daño cerebral adquirido con la sociedad, financiado por el Área de Acción Social y Participación Ciudadana y Diversidad del Cabildo de Tenerife.